Es clásico, compramos una gaseosa y hay que tomarla rápido para que no se le vaya el gas y quede con gusto a jarabe, ¿por qué las gaseosas pierden el gas? ¿qué podemos hacer para que no pierda el gas?
Con esta simple pregunta podemos aprender un poco de física y química. Comencemos por aclarar que las gaseosas son agua carbonatada, o sea agua a la que se le agrega acido carbónico y dióxido de carbono (CO2) a presión.
Las botellas de gaseosa se llenan de esta bebida a presión, y luego son cerradas para que no pierdan esa presión que hace que el gas se quede disuelto dentro del líquido. Pero cuando la presión cambia, al abrir la tapa, el gas tiende a liberarse de su líquido captor.
El dióxido de carbono presente en las gaseosas, tiende a liberarse en temperatura ambiente, y más a medida que la temperatura sube. Pero con el frío se vuelve a disolver en el líquido, y permanece más tiempo allí sin liberarse, por lo que el secreto para que una gaseosa no pierda el gas es mantenerla bien fría.
Al agitar una gaseosa el CO2 se libera porque el movimiento hace que las moléculas del gas se unan entre sí y a su vez con las de aire (oxígeno), y así al congregarse forman las burbujas, lo que les permite liberarse del líquido de forma más rápida.
Esto es lo que se llama efervescencia, que es justamente cuando el gas disuelto en el líquido se libera en forma de burbujas.
Pero si una gaseosa que se cayó al suelo, o que fue agitada sin querer, es dejada en reposo durante un largo lapso, y más si es en un ambiente frío como la heladera, el gas vuelve a integrarse con el agua ya que el ácido carbónico presente en ella atrae al dióxido de carbono.
Otra duda asociada, ¿por qué es más rica la gaseosa en envase de vidrio?
Por el gas. El vidrio mantiene mejor el gas, ya que es un material muy poco poroso, entonces el gas no se puede escapar. En cambio el plástico de las botellas (PET) sí es poroso y por ende permeable, así que con el tiempo van perdiendo gas, y si el envase está expuesto a temperaturas altas lo pierde más rápido todavía.
Así que la única receta infalible para que el gas no se vaya de las gaseosas es mantenerlas bien frías. Ya que para que el gas no se vaya de una gaseosa esta necesita tener presión de gas arriba del líquido, a más presión, más gas disuelto en el líquido.
Pero claro, al abrir la botella por primera vez ese exceso de gas que hacía presión, es liberado, sí, el famoso ruidito de las gaseosas psssst.
El problema es que para volver a recuperar esa presión, no sirve bombear aire allí dentro, ya que en su mayoría el aire es oxígeno y nitrógeno y el gas que hace gaseosas a las gaseosas es el dióxido de carbono. A sí que para recuperar o no perder esa presión deberíamos volver a insertar dióxido de carbono en la botella, algo difícil a no ser que se disponga de esos recipientes especiales para hacer soda casera.
Fuentes: http://www.science-house.org/CO2/activities/co2/soda.html
http://www.slate.com/id/2223475/
http://www.stevespanglerscience.com/experiment/00000103