jueves, 24 de septiembre de 2009

Dos Clases Sociales Los que Producen y Los que No Producen


“...Como es más fácil ser repartidor de riqueza que creador de la misma, sobran quienes están dispuestos a repartir la riqueza de otros, no la suya...”
El hombre necesita hacer esfuerzos para producir bienes y servicios y satisfacer sus necesidades; para ello busca organizarse en forma que esos esfuerzos le den el máximo rendimiento.

Los sistemas económicos son formas de organización útiles y cumplen su función, en cuanto:

-Permiten satisfacer un mayor número de necesidades al mayor número de personas

-Logran el máximo rendimiento de los recursos

-Brindan seguridad y garantizan el respeto al fruto del esfuerzo de cada ciudadano.

Cuando está mal organizada una empresa y sus sistemas no son eficaces, serán bajos sus resultados. Lo mismo pasa en un país cuyo sistema económico sea ineficaz; el esfuerzo de sus ciudadanos no se ve traducido en una eficiente producción de bienes y servicios.

Hay quienes llaman “sociedades de consumo” a los países con economía de mercado, como si hubiera “sociedades de no consumo”.

En las sociedades actuales, todos somos consumidores y todas las sociedades son de consumo; aunque en una se consume más y en otras, debido a la escasez, menos. Sin embargo, no todos somos productores.

Mejor que hablar de pobres, medianamente ricos, más ricos, etc., podríamos decir que una división universalmente válida es: los que producen y los que no producen.

Los que Producen

Los que producen son los trabajadores, que con su esfuerzo físico colaboran en el proceso de producción para la creación de bienes y servicios; los empresarios que dirigen y organizan la producción; los funcionarios públicos que en forma eficiente coordinan la convivencia de la sociedad, ofrecen servicios que hacen posible una mayor agilidad económica, o garantizan el respeto y cumplimiento de las leyes.

También producen todos los profesionales y personas que prestan servicios, que voluntariamente son solicitados por los miembros de una comunidad, por la utilidad que representan.

Los estudiantes son la inversión intelectual de un país. De ellos se espera que a través de sus conocimientos en el futuro, efectúen aumentos y mejoras en la producción o perfeccionen las normas de convivencia jurídicas y sociales del país.

El estudiante que no se prepara debidamente es equiparable a un cheque sin fondos, o a un billete falso; es un fraude y pasa a formar parte de la siguiente clasificación.

Los que No Producen

Los que no producen viven necesariamente de los que producen. Son, en general, todos aquellos cuya actuación no reporta ningún incremento en la riqueza material, intelectual o moral de un país; sin embargo, muchos de ellos son grandes consumidores y atesoradores de bienes.

Dentro de esta clase improductiva encontramos a los que dicen luchar por formas sociales que logren un “reparto justo del ingreso”, “la justicia social”, “un cambio de estructuras”, etc.; pero en realidad estas posturas sólo sirven para atacar y chantajear a los que producen y proporcionarles un “modus vivendi”. Ese sector vociferante constituye el sector improductivo más costoso y negativo para nuestras sociedades.

Si en todos los países iberoamericanos esa clase de gente improductiva que dice va a sacar del atraso y pobreza a nuestra región, se pusiera a trabajar o se convirtiera en eficientes empresarios, Iberoamérica progresaría.

Pero como es más fácil ser repartidor de riqueza que creador de la misma, encontramos que en nuestros países sobran quienes están dispuestos a repartir la riqueza de otros, no la suya, pero pocos dispuestos a crearla.

Desgraciadamente las masas suelen dejarse engañar, y dan más mérito al “repartidor” que al creador de riqueza.

Fuente Original: El Fracaso del Socialismo, por Luis Pazos, Edit. Tradición, 1976
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