Seguramente les ha tocado enterarse de algunos compañeros de la escuela o amigos de la juventud que en la actualidad son exitosos profesionistas o emprendedores que cumplieron con las expectativas que los caracterizaban en sus inicios. Jóvenes de aquel entonces que ahora son dueños de negocios existosos o directivos de grandes empresas.
Pero también -de igual manera- conocen a otros tantos que a pesar de que se caracterizaban por su agudeza mental, facilidad para liderar, simpatía y buen porte, se quedaron a la mitad del camino; rutilantes estrellas de mi universidad que ahora venden seguros de vida; genios de la computacion que se dedican a administrar y atender cantinas de barrio, ases de las matemáticas que manejan un taxi para salir adelante.
Como ellos, mucha gente posee la inteligencia para triunfar, pero no lo logra. ¿Por qué algunos cuentan su dinero mientras otros maldicen sus cuentas pendientes? Claro está que la suerte tiene un papel en ello. Pero muchas veces la gente se forja su propia mala suerte cayendo en la tramnpa de las actitudes y la conducta que los llevan a la derrota.
Pero también -de igual manera- conocen a otros tantos que a pesar de que se caracterizaban por su agudeza mental, facilidad para liderar, simpatía y buen porte, se quedaron a la mitad del camino; rutilantes estrellas de mi universidad que ahora venden seguros de vida; genios de la computacion que se dedican a administrar y atender cantinas de barrio, ases de las matemáticas que manejan un taxi para salir adelante.
Como ellos, mucha gente posee la inteligencia para triunfar, pero no lo logra. ¿Por qué algunos cuentan su dinero mientras otros maldicen sus cuentas pendientes? Claro está que la suerte tiene un papel en ello. Pero muchas veces la gente se forja su propia mala suerte cayendo en la tramnpa de las actitudes y la conducta que los llevan a la derrota.
Si bien ahora estan ahí porque ellos asi lo decidieron es bueno saber que todo se debio -a mi entender- a que cayeron en las trampas que les puso la vida y no fueron los suficientemente listos para identificarlas y salir de ellas.
He aquí algunas de las peores trampas que agrupadas se me ocurrio llamarlas "Los 8 habitos de los fracasados".
He aquí algunas de las peores trampas que agrupadas se me ocurrio llamarlas "Los 8 habitos de los fracasados".
1.- El Autoengaño. Las personas fracasadas, a cada paso se mienten a si mismos con respecto a su vida. Alguna vez pensé que la gente deshonesta no podía tener éxito. Pero por desgracia he comprobado lo contrario. Es posible tener éxito -al menos economico-, aunque se sea deshonesto con los demás. Pero es imposible que alguien sea deshonesto consigo mismo -con respecto al punto donde se encuentra en su vida, a sus perspectivas para alcanzar sus metas y a sus limitaciones-, y aun asi progrese.
2.- No Producir. Parece ser que la gente no esta dispuesta a aprender a hacer algo por lo que le paguen buen dinero. Parce que no entienden esa verdade fundamental de que a los seres humanos se les paga por su capacidad de hacer algo. Y tampoco entienden una verdad corolaria: a la gente se le paga mucho por hacer algo que conlleve un gran valor. Si su meta es el éxito económico, tiene usted que crear o producir algo que quieran los demas.
Todas las recompensas en la vida se derivan de uno de dos factores: el capital financiero o el capital humano. El capital financiero a menudo se hereda, y eso es algo que escapa de nuestro control. Pero el capital humano -es decir, una habilidad que puede venderse- se adquiere solo mediante capacitación y esfuerzo. Los fracasados pueden pasarse la vida entera eludiendo esta verdad.
3.- Castigar a los amigos. Las personas derrotadas muchas veces son amigables y agradecidas con aquellas que no los ayudan, y desdeñosas y malagradecidas con las que las tratan bien. He sido testigo de esto con alarmante regulaeridad. Los perdedores no cultivan a sus amigos.... y pagan el precio de ello. A menos que sea usted un artista o un atleta de excepcional talento, no tendrá éxito sin una red de amigos y gente que lo apoye. La incapacidad de hacer y conservar amigos es un factor en todos los fracasos que he visto.
4.- La mala educacion. Las personas fracasadas son tambien invariablemente groseras. Son por lo general inpuntuales, no agradecen los regalos y no se disculpan cuando ofenden a alguien. Suelo calcular cuanto demorara mi invitado en llegar a cenar empleando una norma de éxito = impuntualidad. El invitado que tiene un buen empoleo, que esta realmente ocupado y carga sobre sus hombros grandes responsabilidades, llegara a tiempo. El que no tiene nada que hacer todo el dia llegara muy, muy tarde, o tal vez no se presente. El tipo que tiene un trabajo mediocre que no lo va a llevar a ningun lado llegara entre 15 minutos y una hora tarde.
También se de antemano quien se quejara de la comida. Si es un fracasado, tendrá una actitud condescendiente y no me dará las gracias por la invitación. Si es un triunfador, le gustara casi todo y me lo agradecerá amablemente. Cuando el jugador se enemista con el resto del equipo por su falta de educación, deja de tener derecho a jugar. Tal vez los multimillonarios o los maharajás puedan darse el lujo de ser groseros. Pero para el resto de nosotros, es la mejor garantía del fracaso.
5.- Vestirse para el fracaso. Las personas fracasadas acostumbran vestirse inapropiadamente. Llegan a las entrevistas de trabajo sin corbata o con zapatos tenis. Acuden a las cenas formales en pantalones de mezclilla cuando todos los demas están de traje. Tal vez piensan que son originales, pero lo que están expresando en realidad es que están fuera de lugar, y que desprecian a las pesonas que se encuentran ahí. Uno puede vestirse para presumir de rebelde y de que no se ajusta a las normas. O puede vestirse para demostrar que si se ajusta a las normas y es capaz de hacer el trabajo.
6.- Las actitudes negativas. Los fracasados a menudo tieen una actitud pesimista y amargada. Les disgusta su trabajo y su mundo, y dan por sentado que quienes los rodean son deshonestos o estúpidos. Arrojan un manto negro sobre todo, y contagian su desesperacion y desesperanza a las personas que están cerca de ellos. También revelan falta de confianza en sí mismos; mantienen una convicción muy arraigada de que no son capaces de hacer muchas cosas, ni de hacer bien las que sí hacen. Casi siempre expresan esto a quien este dispuesto a escucharlos. No se dan cuenta de que se están anunciando como perdedores. Esta es la suerte crónica de los quejumbrosos crónicos.
7.- Las discuciones innecesarias. Las personas que no tienen éxito gustan de discutir por discutir. Los picapleitos creen que a sus amigos y colegas les impresionara su sagacidad o inteligencia. No pueden estar mas equivocados. Sam Rayburn, famoso orador y excongresista de los Estados Unidos, dijo: "Si quieres llevarte bien con la gente, no busques disentir". No quería decir con esto que hay que convenir en todo lo que el resto del mundo diga, pero si que no se puede provocar a los demás indefinidamente y aun así esperar que nos ayuden.
La gente a la que le gusta trabajar no se pasa el tiempo discutiendo en vano. Si usted busca pleitos, la gente lo evitará, y se vera rodeado de otros perdedores pendencieros. Ese es uno de los caminos que llevan directamnete al fracaso.
8.- La mala jerarquizacion. Las personas fracasadas no saben establecer prioridades. La verdad es que nunca hay tiempo para hacer todo, ni siquiera las cosas verdaderamente importantes. Los fracasados, sin empargo, nunca aprenden que establecer prioridades es una necesidad primordial. Tampoco parecen darse cuenta de que no es un sacrificio renunciar a algunas cosas de menor importancia en favor de las de mayor trascendencia. En realidad se trata de una concesión.
Tal vez usted tenga alguno de estos habitos. Recuerde, los ganadores saben que pueden cambiar.... y lo hacen. Pero eso usted ya lo sabia, ¿no es así?