Una persona, cuando la vida lo ha golpeado fuertemente, siente que su valor es poco o casi nada; por lo general, el resto de la gente, lo desprecia o, simplemente no lo toma en cuenta. Eso hace que se hunda mas en su miseria, llegando, con esto, incluso a tener fatales consecuencias. En esos casos, lo que se debe buscar es el toque de la mano del Maestro….
Les cuento la historia de un violín que iba a ser subastado.
“Estaba maltratado y lleno de raspones, y el rematador pensó que a duras penas tendría algún valor como para desperdiciar mucho tiempo en el viejo violín; sin embrago, lo levantó con una sonrisa.
-¿Cuánto dan queridos amigos? -gritó- ¿Quién comenzará la puja por mí? Un dólar, un dólar. Luego: -¡Dos! ¿Solamente dos? Dos dólares, ¿y quién ofrecerá tres? Tres dólares, a la una; tres dólares, a las dos; se va por tres…
Pero no, desde el fondo del salón un hombre con pelo canoso pasó adelante, tomó el arco; luego, limpiando el polvo del viejo violín, y afinando las cuerdas sueltas, tocó una melodía pura y dulce como canta un alegre un ángel.
La música cesó, y el rematador, con voz tranquila y suave dijo: -¿Cuánto dan por el viejo violín? Y lo levantó juntamente con el arco. -¡Mil dólares! ¿Y quién dará dos? ¡Dos mil dólares! ¡Y quién dará tres? Tres mil dólares, a la una; tres mil, a las dos; y se fue, y se fue –dijo.
La gente vitoreó, pero algunos gritaron: -No entendemos bien, ¿qué cambió su valor? La respuesta vino rápidamente: -El toque de la mano de un maestro.”
Pero hay algunos, que sin tan siquiera buscarlo son tocados por la mano de Dios y su vida cambia radicalmente; tal vez el cambio no sea físico, pero si espiritual.
Enseguida un excelente video sobre este cuento:
Así es como pasa con muchos, personas con la vida desafinada, maltratada y llena de cicatrices por lo que han hecho, son considerados por la gente, como algo barato o que no tiene valor, así como el viejo violín.