Un joven estudiante pregunto a Krishnamurti, señor ¿es usted feliz?, a lo que contestó , < >
Bienaventurado aquel que no se ha puesto a pensar si es feliz o desgraciado, y a quien ni siquiera se le ha ocurrido la pregunta.
Bienaventurado aquel que se ha liberado de la necesidad de ser y aparecer feliz, de tener que contestar la pregunta diciendo que claro que es feliz, muy feliz y que si volviera a vivir su vida (¡cuantas veces se dice esta tontería¡) volvería a vivirla mil veces como ha vivido esta, que le ha dado la verdadera felicidad,
Bienaventurado aquel que puede decir con tanta sencillez como verdad: < > esa pregunta no me toca, ese problema no me llega.
Estoy libre del condicionamiento que hace que la vida del hombre sobre la tierra no haga mas que dar vueltas y vueltas alrededor de obsesión de la felicidad personal. Y no quiero ponerme a pensar en ello, no quiero caer en la trampa que conseguiría hacerme desgraciado.
Fuente: "Al Andar se Hace Camino" del autor Carlos Vallés