En la terapia, Rogelio habla de su reencuentro con su hermano y de la irresponsable fiesta que agarra con él, a pesar de tener que cuidar a su hija Asia.
Gracias a su hermano, Rogelio ha visto cómo mantenerse aferrado al recuerdo de su fallecida esposa no le está permitiendo vivir plenamente.