En el ser humano, es común que se evadan las fallas y se culpe a otro de los propios errores, dejando de lado la responsabilidad sobre nuestros actos. Pero ¿Lo hacemos por ingnorancia o porque así nos conviene?
Bien se puede hacer lo que se desea, si se esta dispuesto a pagar el precio.
¿Sabes en realidad, hasta donde llegan las repercusiones de tus actos?