Las lágrimas representan tristezas para algunos y alegrías para otros, todo depende del momento, pero es bien sabido que, por lo general, son una muestra de nuestros sentimientos; de nuestros triunfos y de nuestras aflicciones y derrotas de la vida, de lo que se logró y de lo que no se pudo lograr, de aquel ser querido que disfrutamos y de aquel que ya no esta; de todo lo alcanzado y de tantas cosas que permiten que nuestra vida se ahogue en ellas.
Porque como un testigo silencioso toman de dentro de nosotros todas alegrías y frustraciones exteriorizandolas inconteniblemente y son irremediablemente una clara muestra de lo que salió bien y de las cosas que no han salido del todo bien o no mejor que a los demás.
Hay veces -en algunos muy seguido- que pareciera que la vida fuese un tanto injusta o se ha dedicado a no permitirnos ser felices o a no concedernos oportunidad para levantarnos y seguir adelante en todo tiempo hasta llegar a donde deseamos.
Pero es bueno saber que no es la vida, ni Dios, ni las circunstancias, mucho menos culpa de los demás, bien pudo ser todo ello lo mejor que nos pudo haber ocurrido, hasta una bendición en nuestras vidas el estar rodeados de todo ello. Porque todo ello.... ha sido para madurar.
La determinación mas importante esta en nuestras manos y en la decisión inquebrantable de ser mejores cada día y de no vender nuestros principios ni la lucha de nuestra alma a circunstancias que no valen la pena y menos aun que no merecen ocupar nuestra mente.
Las lágrimas tal vez sean un aviso para ser mejor, para esforzarnos y prepararnos aun mas, para tomar las decisiones que no nos hemos atrevido a realizar, para arriesgarnos a salir de la mediocridad y de la desgracia.
Pueden ser un alerta para seguir con visión y energía renovadas, y convicciones claras y transparentes que nos alejen del pesimismo y de la opresión.
Es bueno convertir las lágrimas en un nuevo aliado para continuar, dejarlas correr por las mejillas, que sirvan de huella para mas adelante cuando tengamos las muestras de que no fue todo tan malo y que el momento presente es mejor.
No se rinda nunca jamás, cambie las fechas, pero nunca sus metas, tómelas para si, luche y llore por ellas, vívalas, siéntalas con pasión y emoción, con un coraje verdadero y con una vida llena de la trascendencia de lo alto para no desmayar y renovarse cada día.
