"Cuando te toca, aunque te quites, y cuando no te toca, aunque te pongas". Es un dicho muy mencionado por nuestros abuelos que siempre nos iluminaban con su experiencia.
Hoy en día, hay muchas personas que son muy dadas a seguir lo que los horóscopos dicen, tanto que no están dispuestas a salir a la calle sin saber lo que les deparan las estrellas.
Es tanta la influencia en ellas que cuando lo que les dicen es negativo no quieren salir de casa y si salen, lo hacen con una predisposición que los limita en su forma de hacer las cosas. Ven los problemas como toda una tragedia y se frustran en su accionar.
Pero que sucede cuando las estrellas les dicen algo positivo? Se cargan de una energía inexplicable y salen a la calle a querer comerse el mundo. Se atreven a hacer lo que antes ni siquiera pensaban y ven los derrotas como algo que les ayudará a crecer.
Cuenta una historia que, ante una batalla decisiva, un general japonés decidió tomar la iniciativa y atacar, esto, a pesar de saber que el enemigo era mucho más numeroso. Aunque confiados en su estrategia, sus hombres estaban temerosos.
Camino hacia la confrontación, resolvieron detenerse en un templo. Después de rezar, el general se dirigió a sus soldados:
- Voy a arrojar esta moneda. Si sale cara, volveremos todos al campamento. Si sale cruz, significará que los dioses nos protegen y que derrotaremos al enemigo. Ahora se revelará nuestro futuro.
Tiró la moneda al aire y los ojos ansiosos de sus soldados vieron el resultado: cruz. Todos vibraron de alegría, atacaron con confianza y vigor y pudieron celebrar la victoria al atardecer.
Orgulloso, su comandante comentó:
- Los dioses siempre tienen razón. Nadie puede cambiar el destino revelado por ellos.
- Tienes razón, nadie puede cambiar el destino cuando estamos decididos a seguirlo. Los dioses nos ayudan, pero a veces tenemos que ayudarlos también - respondió, entregando la moneda a su oficial.
Los dos lados marcaban cruz.
Si aplicamos esta estrategia en nuestras personas y todos los días nos levantamos confiados en que la moneda calló cruz, seguramente la visión que se tenga de la vida será muy distinta y por consecuencia nuestro accionar se dará con mas convicción y fuerza que si pensáramos que las estrellas no están a nuestro favor.
