Cuando por diversas circunstancias, ante una enfermedad o malestar inicio de la misma, no nos es posible acudir al médico para una diagnóstico y recomendaciones, corremos a la farmacia mas cercana, con nuestros males a cuestas, para pedir el remedio mas eficaz que nos cure nuestra enfermedad.
Y nos ponemos en manos del encargado ded la farmacia, que sin ser alguien totalmente capacitado si cuenta con ciertos conocimientos de los males que las medicinas curan.
No se desea con esto menospreciar la labor de estas personas, pero bien valdria considerar, a manera de complemento, realizarle estas preguntas al farmacéutico para que con esto se puedan prevenir muchos efectos indeseados, al igual que un mal uso del fármaco:
¿Qué es y qué contiene el remedio?
¿Cómo tomarlo correctamente?
¿Cuánto tiempo después de tomarlo comienza su efecto?
¿Durante cuánto tiempo debo tomarlo?
¿Puede causar alergia?
¿Puede provocar algún efecto secundario? Y en ese caso, ¿qué debo hacer?
¿Qué hago si olvido tomar una dosis?
¿Puedo tomar alcohol o fumar mientras estoy en tratamiento con este fármaco?
¿Cómo almaceno este producto en mi casa?
¿Cuándo vence?
Una vez cumplido con lo anterior, seguramente nos iremos tranquilos a atacar el mal que nos afecta.