Uno de los peores enemigos del Éxito es lo que yo llamo, “la mañanitis”. Este es el eterno mal de dejar todo para mañana. Mañana, mañana, mañana. Llámalo pereza, procastinación, dilación, o como quieras llamarlo.
Es posponer las cosas para más tarde para evitar hacer aquello que sabemos que debe hacerse, con la esperanza de que de alguna manera, si lo evitamos lo suficiente, eventualmente se hará por si solo o alguien más lo hará por nosotros. Las personas que sufren de mañanitis operan bajo la siguiente premisa: “Nunca hagas hoy lo que puedes dejar para mañana”.
Por alguna razón, se llegan a convencer de que el día de mañana presenta mejores perspectivas para llevar a cabo algo, cuando la verdadera razón, en la mayoría de los casos en su falta de resolución para lidiar con la situación que tienen frente a ellos. Y mañana se convierte en el sábado, y el sábado en la próxima semana, y la próxima semana en el mes que viene… y así se va pasando el tiempo. Y de repente, el posponer estas decisiones comienza a crear peores problemas.
Mañana pago este recibo, la próxima semana le hago la reparación al auto, el próximo mes voy al doctor. Y muchas veces las consecuencias son catastróficas. La mañanitis nos roba nuestros tiempo minuto a minuto.
Entonces, recuerda que hoy tenemos más tiempo del que tendremos mañana. Y ese solo factor hace el día de hoy muy importante, porque mañana, el día de hoy, será simplemente el recuerdo de un tiempo bien invertido, o el recuerdo de un tiempo perdido. La buena noticia es que, el poder hacer de este día un día glorioso e inolvidable, está en tus manos.
Recuerdo que algunos de mis estudiantes en la universidad sufrían de mañanitis y cuando les preguntaba por que no hacían sus asignaciones con prontitud me decían: “No, doctor Cruz, no es que esté pereceando, lo que sucede es que yo trabajo mejor bajo presión.” Pero tú y yo sabemos que nadie trabaja mejor bajo presión. Lo que realmente sucede es que terminas por hacer lo mejor que puedes dadas las circunstancias. Pero eso no quiere decir que has hecho lo mejor de lo que eras capaz de hacer.
Entonces, haz ya mismo lo que sabes que tienes que hacer. Conviértete en el tipo de personas que actúa con prontitud. Si deseas desterrar este mal de tu vida te sugiero el siguiente plan:
- Evalúa en qué áreas de tu vida tiendes a posponer la acción. ¿Es en tu trabajo, en la familia o quizás en cosas que afectan tu salud?
- Identifica por qué tiendes a posponer lo que sabes que tienes que hacer.
- Desarrolla una estrategia de cómo vas a responder a esta tendencia de ahora en adelante
Autor: Dr. Camilo Cruz, Ph.D