Un grupo de sabios se reunió para discutir la obra de Dios; querían saber por qué no había creado al hombre hasta el sexto día.
-Él quería organizar bien el Universo antes, de manera que pudiésemos disponer de todas las maravillas de la creación – dijo uno.
-Él quiso primero hacer algunas pruebas con animales, para luego no cometer los mismos errores con nosotros – sostenía otro.
En esos momentos llegó al encuentro un sabio judío, y se le comunicó el tema de la discusión:
-Y en su opinión, ¿por qué Dios esperó al sexto día para crear al hombre?
-Es muy sencillo – comentó el sabio – Para que, cuando nos asaltase la vanidad, pudiésemos pensar: hasta el insignificante mosquito tuvo prioridad en la labor Divina.