Siempre se ha comentado que un buen padre fue hijo de buenos padres. Es la herencia subliminal que se les puede dejar a los hijos desde temprana edad.
Cuando se carece de esta preparación hereditaria es necesario recurrir a libros, revistas, artículos y demás para intentar -de alguna forma- suplir la carencia de conocimientos al respecto.
Pero la preparación para ser padres es mucho más complicada que leer unos cuantos libros y decorar la habitación del niño. Por lo que si lo que se desea es aprender verdaderamente, esto bien podría ser con ejemplos prácticos, que los pongan en situaciones cercanas a la realidad.